domingo, 14 de septiembre de 2008

Creación Literaria

La creación, en todos los planos y en todos los sentidos del término es el rasgo específico de la condición humana.


Este textito intenta aportar un sentido o significación de la creación literaria, con la finalidad de introducirnos, motivarnos o simplemente brindar alguna pista o clave que pueda servir para empezar el desarrollo de un texto dramático. Aunque no se refiere exclusivamente al drama, considero que aporta un contenido interesante, una síntesis reflexiva acerca de la creación literaria, por lo tanto aplicable a diversos géneros.

Acerca de las literaturas fantásticas, se puede decir que crean o revelan universos paralelos. Esto quiere decir, que narran hechos más allá de la realidad, hechos extracotidianos, ideales o fantásticos basados en la más pura y creativa imaginación, mundos donde todo es posible, donde se pueden realizar los deseos y los sueños.

Por otro lado, se puede afirmar que la mayoría de las literaturas, no reflejan ni las realidades exteriores (como la geografía, las costumbres, las instituciones, etc.), ni los acontecimientos históricos, sino los dramas, las tensiones y las esperanzas del hombre, sus valores y sus significaciones, en pocas palabras, la vida espiritual concreta, tal como se realiza en la cultura.

Asimismo, la literatura oral o escrita, es hija de la mitología y heredera de sus funciones: narrar las aventuras, contar cuanto de significativo ha ocurrido en el mundo. En este sentido, toda narración, incluso de un hecho ordinario, prolonga las grandes historias narradas por los mitos que explican cómo ha accedido al ser este mundo, es decir, cómo nos explicamos lo que nos rodea, cuál es nuestra idea del mundo, y por qué nuestra condición es tal como hoy la conocemos.

Otro punto importante de toda narración que intente atrapar la atención, es lograr confundir un tanto a dicho interlocutor, para que tenga que desmenuzarla en busca de la enseñanza, del contenido. No debe entregársele una historia perfectamente transparente, sino que ésta debe motivar a la reflexión, al análisis.

El hombre nunca podrá renunciar a que le narren historias. El interés por la narración forma parte de nuestro modo de ser en el mundo. Responde a la necesidad en que nos hallamos de entender lo que ha ocurrido, lo que han hecho los hombres, lo que pueden hacer los peligros, las aventuras, las pruebas de toda clase. “No somos como piedras inmóviles, ni como flores o insectos, cuya vida está trazada de antemano”. Nosotros somos seres para la aventura. Y llegamos a ser nosotros mismos cuando escuchamos narrar nuestra historia.

Arminda Vázquez Moreno

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