miércoles, 20 de agosto de 2008

AHORA SON 5 videos para comentar, LOS ÚLTIMOS DOS SON DE ALEXANDER CALDER, BUENÍSIMOS



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¿TÍTERE O ESCULTURA CINÉTICA?

Ensayo Final para la materia de
Historia del Arte II
Facilitador:
Pablo Alonso Herraiz
Presentado por:
Arminda Vázquez Moreno



Licenciatura en Educación Artística
Modalidad Virtual
Universidad Veracruzana

H. Veracruz, Ver. 26 de agosto de 2008
¿TÍTERE O ESCULTURA CINÉTICA?
El títere...
Tiende sus hilos hacia los polos opuestos
Y crea puentes y lazos milagrosos
Brunella Eruli

Presentación
En este ensayo quiero exponer un análisis de la relación que existe entre títere y escultura, a partir de la pregunta ¿Es el títere una escultura? ¿Una escultura en movimiento se puede considerar un títere? Quiero explorar este tema porque considero que las artes se tocan, y a veces se entrelazan de tal manera que no es tan fácil definirlas, pero además se apoyan, se enriquecen, aumentan y se expanden sin limitaciones sus posibilidades creativas, como es el caso los títeres en la obra del artista abstracto-cinético Alexander Calder, que es una prueba de que al mezclar los conocimientos previos en diversas disciplinas con la visión del artista se pueden crear obras de arte, innovadoras, lúdicas e impactantes. Los personajes de su espectáculo escénico llamado Cirque Calder, ¿son títeres o esculturas en movimiento? La diferencia que existe entre un títere y una escultura en movimiento es una pregunta que no solamente es una inquietud personal, sino ha sido tema de debates y opiniones vertidas en un foro virtual del grupo de titiriteros mexicanos afiliados a la Unima (Unión Internacional de Marionetistas), por lo tanto es de interés actual y quiero exponerlo aquí para mostrar los puntos de vista de los titiriteros. Además quiero incluir como un ejemplo de esto el trabajo escénico de Alexander Calder en un video filmado en 1961 por Carlos Vilardebo y cuyo link anexo al final del ensayo.

¿Quién fue y qué hizo Alexander Calder?
La obra de Alexander Calder, escultor estadounidense de gran vitalidad y versatilidad, tiene gran importancia porque nos muestra varias disciplinas entrelazadas, su formación en las artes plásticas fue desde niño, pues nació en el seno de una familia de artistas, fue hijo y nieto de distinguidos escultores y su madre fue pintora. Pero no se sintió inclinado inicialmente hacia el arte y cursó estudios de ingeniería mecánica, que más adelante le fueron de gran utilidad, en 1919 obtuvo el título de ingeniero en el Instituto Stevens de Tecnología. Luego cuando decidió dedicarse al arte, en 1923, ingresó en la Asociación de Estudiantes de Arte de Nueva York y en el otoño de 1926 se instaló en París. Es considerado como uno de los artistas más innovadores e ingeniosos del siglo XX. Calder, nació el 22 de julio de 1898 en Filadelfia.
En 1931 ingresó en la asociación Abstraction-Creation, y el mismo año creó una obra a la que Marcel Duchamp bautizó como móvil. Precisamente son los móviles las creaciones que elevaron a Calder a las más altas cimas de la escultura moderna. Con ellos se propuso crear obras abstractas dotadas de movimiento, que reflejaran, gracias a su dinamismo, los efectos cambiantes de la luz.

Sus esculturas en alambre -retratos satíricos y deliciosos personajes del circo en miniatura (1927-1932, Museo Whitney de Arte Americano, Nueva York)- le dieron fama internacional. En 1933 regresó a Estados Unidos y a partir de entonces dividió su tiempo entre su país y Francia y realizó importantes exposiciones tanto en París como en Nueva York. A comienzos de la década de 1930 Calder inició sus experimentos en el campo de la abstracción, primero como pintor y después como escultor. Recibió una gran influencia de artistas abstractos europeos como Joan Miró, Jean Arp y Piet Mondrian.
Experimentó también con el movimiento, lo cual le condujo al desarrollo de los dos modos de escultura que le hicieron famoso, el móvil y el estable (stábile). Los móviles de Calder (así denominados por el artista dadá francés Marcel Duchamp) son estructuras de formas orgánicas abstractas, suspendidas en el aire, que se balancean suavemente. Refiriéndose a sus móviles, Calder dijo en alguna ocasión que con ellos había pretendido dar vida y movimiento a las obras de Mondrian, que tuvo ocasión de contemplar en directo y le causaron un profundo impacto.
Los estables (denominados así por Arp) son formas abstractas inmóviles que, por lo general, sugieren formas animales en tono humorístico. Aunque sus esculturas de piedra, madera y bronce, así como sus dibujos y pinturas (casi todas gouaches) de la última época, son importantes, la reputación de Calder se debe principalmente a sus móviles y estables. Estas obras, cada vez de mayor tamaño, lograron una entusiasta aceptación popular rara vez alcanzada por el arte abstracto, lo cual llevó a que se le hicieran numerosos encargos después de la II Guerra Mundial. Se pueden encontrar estables y móviles enormes hechos por Calder en docenas de plazas y edificios públicos de Bruselas, Chicago, Ciudad de México, Venezuela, Montreal, Nueva York y muchas otras ciudades. La culminación de todos ellos es su última obra, el gigantesco Móvil rojo y blanco (1976) suspendido en el patio central del ala este de la Galería Nacional de Arte de Washington, D. C.
Calder murió el 11 de noviembre de 1976, en Nueva York, justo después de haber supervisado el montaje de la mayor exposición retrospectiva de su obra en el Museo Whitney de Arte Americano.

El Cirque Calder como representación del mundo plástico.
Tras llegar a París en el verano de 1926, Alexander Calder se entregó en cuerpo y alma a un proyecto que le mantendría ocupado durante más de cinco años: la elaboración de un circo en miniatura al que llamó Cirque Calder. Este microcosmos de juego contiene personajes humanos y animales hechos con alambre, trozos de tela, madera, corcho, etiquetas, pequeños fragmentos de metal viejo y piezas de caucho. Calder transportaba su pequeño teatro del mundo en maletas y organizaba escenificaciones para sus amigos. Montaba una tienda y presentaba cada uno de sus personajes: el hombre con zancos, la amazona en su montura, el león, el perro, las focas, etc., mientras que su amigo Isamu Noguchi accionaba el manubrio del fonógrafo. Durante sus actuaciones, Calder ideaba modos de simular el vuelo de los pájaros. “Estos son pequeños trozos de papel blanco, con una cavidad y un pequeño peso en cada uno, aletean gracias a unos delgados alambres de acero, enrollados de diferentes maneras, que yo manipulo de modo que se mueven como palomas…” El Cirque Calder produjo una gran impresión en artistas y literatos por igual, incluidos Joan Miró y el escritor estadounidense Thomas Wolfe, que lo describió cáusticamente en su novela You can’t go home again.
El Cirque Calder es, de hecho, el laboratorio de la obra de Calder; en él experimentó nuevas fórmulas y técnicas. Durante este mismo período desarrolló figuras de alambre como Josephine Baker, La negra y el Retrato de Edgar Varése, al tiempo que seguía dibujando y creando escenas circenses.
Estos fueron los comienzos de su obra artística, después trabajó con madera, creando El caballo, La vaca, desnudos femeninos y Toro viejo entre los años 1928 y 1930. Por último se interesó por el movimiento de los objetos, algunos de ellos provistos de motor, y los presentó en sus exposiciones individuales de la Galerie Percier en 1931 y de la Galerie Vignon en 1932. La asociación con Fernand Léger y Piet Mondrian fue decisiva, y bajo su influencia combinada Calder descubrió lo que quería: pintar y trabajar en abstracto y se dedicó a crear esculturas basadas en la dinámica plástica de la asimetría.

¿Que es un títere?
En su definición más concreta es una imagen en movimiento creada para fines escénicos. En el libro “Piel de papel, manos de palo” Guillermo Murray y Sonia Iglesias nos dicen: Un títere es cualquier objeto animado dentro de una situación dramática, cuyo propósito es transmitir al espectador imágenes, ideas, emociones, pensamientos o vivencias.
Para que un títere exista, deben haber al menos tres elementos: emisor, receptor y medio. El medio es un objeto animado por el emisor. Además, necesita establecerse una condición sine qua non: el receptor colaborará al suspender momentáneamente su juicio de realidad y creer que en verdad dicho objeto vive o al menos está vivo en el momento de la representación, sin importar que su naturaleza sea inanimada. A este fenómeno lo denominamos pacto de ficción, tal y como nos lo propone Jacqueline Held, en su libro Los niños y la literatura fantástica; función y poder de lo imaginario.
El títere, al comunicarnos con el mundo de los seres inanimados y a la vez con el de los seres vivos, se transforma en un objeto mágico (fetiche), luego en cosa; es decir, en algo inmóvil que nos es indiferente y más tarde en objeto transitorio: ya no es ni parte del mundo de los muertos ni tampoco algo vivo, existente o real.
Como este tránsito es permanente, nos fascina. Y dependiendo de la cosmovisión de su animador, al ser un medio de expresión de la intimidad del hombre, nos transmite un universo mítico, de fuerzas originales y mágicas, con un carácter ritual y hierático. Un universo religioso dentro del ámbito de la liturgia y el rito sagrado. O, también, una ideología política y una proclama científica.
En síntesis: un títere cumple con el carácter de “cosa personalizada”, es cualquier cuerpo al que un ser humano le otorga simbolismos ajenos a su naturaleza y lo transforma en objeto transicional al lograr que cobre vida en apariencia, para servir como puente o lazo de comunicación.

Títere y escultura.
A continuación quiero exponer las opiniones de algunos titiriteros mexicanos, expresadas en un Foro virtual propuesto por el maestro Leonardo Kosta, al gremio afiliado a UNIMA México, en 2007. Fueron varios los participantes y sus ponencias, la mayoría, extensas; yo he tomado sólo una síntesis o fragmentos de algunas. La pregunta planteada fue: ¿El títere debería ser considerado una escultura?

Leonardo Kosta.
Debería serlo porque la escultura es una obra de arte y el títere, o se integra a la obra de teatro como obra de arte o apenas será una artesanía. Un poco más de precisión: si afirmamos que el teatro de títeres es arte, el títere tiene que ser, necesariamente, una obra de arte, y como tal, siendo como es tridimensional, bien podría ser una escultura. Pero la escultura -que generalmente no tiene movimiento- busca apoderarse del espacio con los volúmenes y los vacíos de volumen, mientras el títere, actuando en el teatro, se apropia del espacio con sus desplazamientos, que son movimientos derivados de sus coyunturas mecánicas, no del juego de volúmenes estáticos; sin embargo, el títere tiene volúmenes.
Digamos entonces que, siendo el títere un objeto actuante tridimensional, debería tener elementos escultóricos en su figura.

Sergio Aguilera.
Y resulta que también encontramos esculturas en movimiento, los autómatas, las figuras gigantes utilizadas para peregrinaciones o celebraciones en diversas culturas, los "móviles" Calderianos, los robots y diversas expresiones contemporáneas como la instalación, son ejemplos de esculturas hechas para verse en movimiento. Parecería que estas esculturas-móviles y nuestro títere-objeto podrían caber dentro de una misma concepción plástica y que su propuesta estética fuera funcional como escultura y como títere. Y aquí aparece una sutileza sustancial, justamente en relación a la funcionalidad del objeto. El títere, como hemos dicho, tiene la función de representar. Considerando únicamente sus valores plásticos diríamos que representa por medio del movimiento y el cambio de posición. Al tener que representar un personaje, por simple que sea, el títere deberá ser capaz de aparentar actitudes que lo definan ante las circunstancia y por lo tanto tener una variante expresiva que sugiera visualmente más de una lectura. Y considerando que su función es interpretar lo vivo, deberá tener las variaciones rítmicas que nos sugieran un movimiento más o menos orgánico.

Sergio Peregrina.
En efecto hay una relación muy intima entre el títere y la escultura esa relación es la que provoca a confusión. Podríamos decir que son productos de un mismo lenguaje plástico expresivo formal e ideológico, pero la forma del títere está dotada de inteligencia ulterior o posterior a su forma única, pues tiene una función escénica, dramática o no, que implica su movilidad en el espacio escénico, en el cual transcurre el tiempo mágico de la representación de su ente único.
En su origen ¿qué fue primero, la escultura o el títere? Uno es el otro, en su origen fueron lo mismo, nacieron juntos ya que el ser humano es un simio sabio en movimiento, pretendo acertar diciendo que primero inventó el títere dando acción a las formas similares a él encontradas en la misma naturaleza como son ramas, piedras, frutos, minerales, jugando con ellos a que estaban vivos, dándoles vitalidad, como le dio en un momento la inteligencia humana primitiva a todas las cosas que lo rodeaban, el animismo. El dar ánimo o ánima a los objetos inanimados o títeres, es quizá el acto primitivo más profundo que ligó a la inteligencia humana con todos los seres de la naturaleza en su universo; a través de esta relación encontró el motivo trascendente que había entre él y la naturaleza que le proporcionaba alimento, salud, abrigo, y una sana reproducción de la especie. Y la capacidad de desarrollar el pensamiento, ad infinitum, y una conciencia de estar en armonía con el mundo circundante, bello generoso dominable; capaz de ofrecernos felicidad. El títere como juguete primitivo, como muñeca, que representa a la hija y también en ocasiones a la madre o la abuela o al padre, abuelo, o hijo, como soldado, como protector, como alimentador, como protector amoroso, como mago bueno o malo, ese muñeco, enseñó y transformó a los niños en adultos jugando a ser ellos mismos.
Después como ídolo, trascendió su lugar íntimo entre los objetos más queridos de la casa a ser imagen perfeccionada, de carácter hermético y protegido de símbolos divinos de diferentes religiones o credos, algunos grises color piedra volcánica o basáltica o cantera, cubiertos de joyas intocables y costosas, otros dorados, cubiertos de hojas de oro puro, delgadísimo, así de oro debe ser la divinidad rectora de la moral y los designios de los rectores éticos que a través del púlpito dictaban y dirigían la vida de los animistas creyentes de Dios y del orden y por supuesto también influyó en el lenguaje de la estética en todas sus manifestaciones. Tanto las formas y contenidos se ven llevados y obligados a representar las ideas de los poderosos, aquellos que dan sentido y valor al trabajo del artista y también manera de subsistir. Los títeres se vuelven santos y paganos, moros y cruzados de la edad media. Los Pupis de Sicilia representan esa época, ese momento de fastuoso engaño, Carlo Magno el magnífico y sus aventuras fantásticas y aleccionadoras.
La libertad como manera de expresión no va más allá del mero discurso y de la ideología que profesa el artista y de sus creencias religiosas, o de su ateísmo contemporáneo y su capacidad expresiva artística, de su visión, educación y destino como artista dentro de su comuna. La Escultura, trata de impregnar movimiento, sentido ideología, contundencia, peso, solidez, color, armonía, rumbo o destino; en una figura estática (aunque también las hay móviles). En ese sentido es opuesta a la marioneta o títere cuyo destino está en el movimiento aún cuando el títere sólo tenga insinuadas las piernas y habla aunque su boca nunca se mueva y el sacerdote que le da vida (o titiritero), es el médium que deposita la palabra, divina o maligna o vulgar, o mediática o dictatorial; transmite también su propia respiración y el latido del corazón, de su corazón; la voluntad que hace que el objeto viva y conmueva al espectador con los actos prodigiosos de su existencia en la escena.
La Escultura se hace para que permanezca en su lugar y la podamos contemplar y meditar acerca de ella, y su belleza intrínseca, y a veces fatua en su forma y contenido, pero en otras nos impregna de energía y poder con su grandeza de forma, con su tremenda y apabullante belleza y conmovedor contenido. Más sin embargo, la mayoría no se mueve.
A diferencia del quieto y no actor, el títere nació para mostrar el paso de los sucesos, de las situaciones, de los sueños, de los deseos, de las aventuras, de la magia, de lo inasible de lo efímero, de lo erótico, de lo ritual, de lo imposible, del tiempo. El arte de los títeres incluye la expresión a través del objeto del artista, brujo, mago, titiritero, primitivo ser escapado de la profundidad de las antípodas humanas, que aún viene a dar vida a lo inanimado en fiestas, festivales y reuniones culturales y religiosas con la presencia espiritual del animismo de figuras que tienen su existencia propia en las manos y mente del manipulador.
Lo que si hay que reconocer es que el títere es una escultura con movimiento que es creada para tal o cual función o movimiento físico en escena, lo mismo que su carácter, diseñado a través de su imagen escultórica. La relación que hay entre las artes plástica y el arte titiritero es muy obvia e inmiscuye al artista titiritero con los problemas de las artes plásticas y los conceptos de belleza, armonía, estilo, carácter; color que conlleva este arte de los seres u objetos en movimiento, una relación a nivel espiritual y comunal o cultural, tocando zonas profundas del inconciente humano de cada pueblo.
Otra característica del títere es su funcionalidad. En esto se parece el arte del títere al arte de la fabricación de instrumentos musicales, los cuales se hacen para cubrir necesidades sonoras dentro de una orquesta y tienen esa única función, otra, es su fabricación de manera profesional, para obtener un instrumento que cumpla sus funciones de movimiento deseado para su uso o participación dentro del espectáculo. El títere es (en todos sus estilos y técnicas) como un instrumento musical que mientras mejor se realice mejor desempeño tiene en su trabajo. En ese sentido los titiriteros tienen un gran compromiso con la estética del títere, con el desarrollo de sus habilidades plásticas y del aprendizaje de las mismas y un enorme y profundo conocimiento de los materiales y de las herramientas que nos ayudan a darles forma y sentido justo a la medida de nuestras intenciones y claros proyectos y diseños.
Lo que angustia de manera rotunda es algo insalvable en nuestro arte escénico, eso es: lo efímero, sólo cuando sucede existe, pues nosotros somos el acto mismo transcurriendo en el corto tiempo de una hora o dos. Luego sólo queda el recuerdo y algunas fotos que no hablan de la grandeza y el esfuerzo del trabajo.

Carlos Converso.
Si aceptamos que un títere es una imagen plástica capaz de actuar y representar, entonces, estaremos de acuerdo que las características esenciales del títere son: por una parte, el elemento plástico y por otra, el dramático.
El aspecto plástico en el títere tiene que ver, obviamente, con su condición de objeto material creado como representación de algo, es decir, una materia susceptible de ser formada, modelada, esculpida o tallada para lograr esa representación que se consigue, por lo general, a través de una semejanza y llegando en ocasiones a tener el valor de un símbolo o una metáfora. Pero, aparte, el títere tiene que poder actuar y representar, claro según las técnicas y convenciones propias de su lenguaje artístico, es decir, en su significación teatral más explícita. Hay que tener claro, que el ámbito natural del títere es el teatro, sacarlo del teatro es convertirlo en otra cosa: un artefacto, un juguete, una figura; un simple objeto sin vida.
Ésta, señalaría yo, es una primera diferencia entre un títere y una escultura; entendiendo por escultura, para decirlo de una manera muy simple, una imagen plástica que no pretende actuar, es decir que no busca moverse y/o hablar para crear la ilusión de una vida escénica.
Si consideramos los muchos tipos de títeres que existen, no solo los corpóreos o tridimensionales, o las figuras planas, como siluetas o como sombras, sino particularmente, aquellos constituidos por partes vivas, como el caso de las manos desnudas o partes del cuerpo humano; en estos casos la definición de escultura tampoco se ajustaría.
Me parece, también, que hay otro aspecto fundamental en el títere y es su funcionalidad. El títere es un objeto material concebido para funcionar de una manera determinada, es una estructura particular creada para cumplir ciertas tareas específicas, tareas físicas, espaciales, de desplazamiento, (de múltiples formas según el plano del movimiento), de gestualidad o de acciones especiales; por ello la diversidad de las técnicas o mecanismos creados ex profeso. En este sentido, el títere es un instrumento que debe funcionar de una manera determinada para lograr representar, lo mejor posible, al personaje y sus características o a algún tipo de situación.
El títere como instrumento teatral está sujeto a una manipulación, pero a una manipulación específica: la dramática, tiene que ejecutar acciones dramáticas; en la medida que el títere es el personaje tiene que “actuar”.
Pedirle al teatro de títeres, y al títere entonces, que tenga el reconocimiento y el valor artístico que tienen las artes plásticas y en particular la escultura, me parece una demanda necesaria. Obviamente, es una demanda directa a los titiriteros, ya que somos quienes debemos convertir este “arte menor” (mal llamado así) en un “arte mayor”. Tenemos que registrar en nuestra sensibilidad y orgullo de artistas esta demanda, que nos hace un llamamiento a ser más ambiciosos en alcances y mejores en preparación. Que la marioneta sea una obra de arte. ¡Si!




Conclusiones.
El teatro de títeres como especialidad del arte teatral, se nutre de varias disciplinas, como: la literatura, las artes plásticas, la danza, la música, la escultura, la arquitectura, etc. Por lo que podría definirse como un arte integral o multidisciplinario. La manufactura de un títere tiene un proceso de desarrollo muy parecido al de una escultura, pero si a esa escultura la hacemos representar un personaje, en ese momento ya es un títere.
El desarrollo creativo dentro de las artes, que siguió Alexander Calder lo llevó primero a crear sus personajes con sencillos materiales, pero con la idea de la representación escénica de un circo en miniatura, vivo o casi. A su realización le dedicó varios años y cada vez que la presentó maravilló al público. Mantuvo en acción su circo durante toda su vida, pero no como su labor principal ya que enfocó su vitalidad creativa a la escultura a la que impregnó de una característica del títere, es decir el movimiento.
En cada una de las ponencias de los titiriteros que se incluyeron en este texto, encontramos profundas reflexiones acerca de la similitud y la diferencia entre títere y escultura, y resumiendo, la diferencia es: el contexto en el que este producto artístico se va a colocar para ser apreciado por el público al que va dirigido, por lo que podemos definir que la finalidad del títere es la escena; y la escultura se destina a un lugar donde va a permanecer y donde podrá ser contemplada. Lo que tienen en común es el proceso creativo, están hechos con ideas, expresan contenidos, dirigen un mensaje al público receptor, son obras de arte en si mismas, con la diferencia de que el títere además representa, es decir actúa en escena. Por lo tanto un títere es más que una escultura en movimiento, contiene un espíritu mientras lo observamos actuar en escena, donde sólo lo podremos apreciar con toda su vitalidad por el lapso de tiempo en que permanece en escena, y después puede volver a ser una escultura.



Videos:
Carlos Vilardebo's 1961 film of Alexander Calder's "circus," Recuperado el 25 de agosto de
http://barbotina.blogspot.com/2008/04/le-cirque-de-calder-1961-by-carlos.html
El mismo pero en dos partes:
Cirque Calder 1/2 http://www.youtube.com/watch?v=FTYqv8cWJQU
Cirque Calder 2/2 http://www.youtube.com/watch?v=tZweBI0sjhU

Referencias:

1. Alexander Calder (Filadelfia, EE UU, 1898-Nueva York, 1976) Recuperado el 24 de agosto de 2008 de: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/calder.htm
2. EDICIONES POLÍGRAFA. LA OBRA DE CALDER EN EL SIGLO XX. Recuperado el 24 de agosto de 2008 de: http://copred.rect.ucv.ve/BD_Documentos/Obra_Calder.pdf
3. Fotografía El Circo de Calder. Recuperada el 25 de agosto de 2008 de : http://www.espacioblog.com/rrose/post/2006/03/02/el-circo-calder
4. Fotografía de Josephine Baker. Recuperada el 25 de agosto de 2008 de: https://www.moma.org/Collection
5. Murray Prisant, Guillermo, Iglesias Cabrera, Sonia. PIEL DE PAPEL, MANOS DE PALO. Editado por Espasa-Calpe Mexicana. 1995. México
6. Foro Titiritero Virtual, Archivos del grupo Unima-Comunicación, Recuperado el 25 de agosto de 2008 de: http://mx.groups.yahoo.com/group/unima_comunicacion

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